No se sabe en qué
momento de la vida humana comenzó la costumbre de agregar un refrescante líquido
al almuerzo.
|
Pero no deja de ser un
disfrute en la ceremonia del almuerzo. Es conocido en las grandes obras de arte
de la antigüedad ver escenas de comidas acompañados de un vaso o una copa de
algo, en diferentes civilizaciones.
La pregunta que hoy surge, ¿es saludable acompañar el almuerzo con un jugo o bebida?, sabiendo que no siempre lo delicioso es bueno, y muchas veces lo bueno no es saludable.
La pregunta que hoy surge, ¿es saludable acompañar el almuerzo con un jugo o bebida?, sabiendo que no siempre lo delicioso es bueno, y muchas veces lo bueno no es saludable.
Es sabido que la
sopa es considerada como comida, por su consistencia, preparación y sabor. En
cambio el jugo y la bebida son algo diferente, desde el aroma, el sabor hasta la
temperatura.
Si nos ubicamos dentro del
tubo digestivo, a lo largo de todo su trayecto, está cubierto por diferentes
tipos de mucosas, algunos son lisos, otros son arrugados, otros tantos están
compuestos por diferentes formas de vellosidades diminutas. Estas mucosas son
superficies que están expuestas a lo que comemos, por lo que tienen temperatura
apropiada para favorecer las reacciones físicas y químicas que forman parte del
proceso digestivo.
La temperatura corporal
tomada en la boca es de 36º a 37º de promedio, por lo que es lógico pensar que
en el resto del tracto intestinal sea de mayor temperatura, lo cual favorece la
mantención de la flora intestinal activa, y equilibrada, la descomposición de
los virus que entran a nuestro organismo por diversas vías (oral, respiratoria y
sanguínea). Una alteración prolongada de esta temperatura en el tracto
digestivo, altera los procesos digestivos, altera el mecanismo de la defensa, el
equilibrio en la flora intestinal, e incluso, los movimientos intestinales ya
que modifica el flujo sanguíneo de la mucosa, y cambia el pH del medio interno.
Y si consideramos además,
que los jugos industrializados y las bebidas gasificadas presentan un pH
netamente ácido, incluyendo algunas de las aguas gasificadas de renombre, no es
difícil imaginar el cambio que podría suceder en el tubo digestivo. Estos
cambios no suceden de igual manera con los jugos vegetales naturales a
temperatura ambiental recién exprimidos, sin azúcar. Un exceso de azúcar, o más
allá de 1 hora de exprimidos, la oxidación y descomposición de sus componentes
nutricionales hace que sea también una bebida ácida, por más natural que fuese.
Entonces no es difícil
concluir qué es lo bueno y qué es lo malo. Las diferentes culturas milenarias y
disciplinas de salud concluyen que uno es el resultado final de lo que se come.
Eso incluye lo que uno bebe diariamente. Un vaso de algo que acompaña el
almuerzo, puede tener significado en el futuro si lo repetimos a diario. Esto es
ya sea para lo bueno (un estado saludable) como también para lo malo (la
aparición de una enfermedad).
Una buena alimentación
pierde el sentido si no hay una buena digestión. Y una buena digestión depende
de un buen hábito alimentario.
¡Que disfrute su
almuerzo!